viernes, 15 de octubre de 2010

Quien calla es...

...este documento estará en constante actualización...

Quien calla otorga?  No, quien calla es cómplice.

Me parece que un problema que está afectando a chilpancingueños (y a todo méxico), el cual poco se comenta, pocos reconocen, a pocos les interesa y pocos se dan cuenta de ello, es el individualismo, indiferencia y egoísmo que cada día crece e invade las costumbres de cada ciudadano. Parece lo más fácil y sencillo, reuhir la realidad y la responsabilidad -desde que se inventaron los pretextos, se acabaron los... pensadores-.

Pero ha llegado la hora de hablar derecho, al grano. Amigos chilpancingueños que ya rondamos o rebasamos los 50 años, recuerden como era nuestro pueblo en aquellos años: más solidario, más tranquilo, más inocente, más trabajador, más ameno, menos delincuencia...

Si, nos estamos volviendo personas que ya no nos interesa lo que le pase al vecino, a veces ni siquiera al hermano, padres, sobrinos y lo peor, es que nuestros hijos nos están superando en este aspecto.

Este es un problema que bien se acomoda a la falta de valores humanos. Pero también estamos afectados por otros problemas como la delincuencia, la corrupción, la contaminación y destrucción del medio ambiente (flora, fauna y tierras), la falsedad, la mentira, los vicios, etc. Que nos está pasando?

No todos los que matan son delincuentes, los asesinados pueden ser cualquier ciudadano que es confundido con delincuente o que está por mala suerte en el lugar de los enfrentamientos o familiares y amigos que sin saberlo o sabiendo están relacionados con delincuentes -aunque ellos no lo sean-.

Yo creo que las madres y los padres tienen mucha responsabilidad cuando sus hijos resultan delincuentes, muchos de ellos lo saben y callan, acaso no les duele lo que están haciendo? Insensibles.

Necesitamos un cambio radical y total, quizás nuevas generaciones de personas o los decanos que asuman el el liderazgo de sus poblados, barrios, colonias, de sus escuelas, de sus oficinas, de las entidades de educación, de sus sindicatos, de los partidos políticos..., con el fin de fortalecer nuestra cultura, identidad y valores humanos, culturales y de progeso, necesitamos más obras espirituales, mayores espacios e incentivos al deporte, actividades artísticas, impulso al comercio local con preferencia para los nativos de chilpancingo.

Cuando una persona cometa un acto delictivo, es mejor que lo pongan a trabajar para reparar el daño o barriendo las calles, limpiando barrancas, áreas verdes de colonias o dando mantenimiento a los edificios públicos y áreas recreativas. Eso es mejor que la cárcel.

Necesitamos que en cada escuela, desde las secundarias, incluyendo a la Universidad de Guerrero, se les practique un antidoping obligatorio a cada estudiante, dos veces al año, a fin de identificar a los drogadictos y alcohólicos, a quienes no se les debe castigar, sino que se les debe orientar y tratar psicológica y médicamente, todos merecemos otra oportunidad. De esta forma no cualquiera se expondrá a estos degradantes vicios que al cabo de los años nos ha estado produciendo todo este daño.

En vez de castigar a los que siembran droga se les debe dar la opción de reintegrarse a la vida productiva positiva, otorgándoles semillas, asesorías, mejoría de caminos y por supuesto, una constante reeducación (claro durante un tiempo tienen que estar vigilados para saber si no reinciden).

Si, necesitamos un cambio radical en nuestra forma de pensar y actuar, revisión de nuestros usos y costumbres y un plan a 100 años... China, Corea del Sur y la India, entre otros, tienen planes a mil años, una de las acciones que les ha permitido superar su terrible situación que tenían, estaban mucho peor que México y ahora es totalmente al contrario.

Siempre buscamos culpables a nuestra desgracia, cuando poco o mucho, nosotros también somos responsables.
Si quieres a Chilpancingo, demuéstralo, sino son puras falacias e hipocresía.

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